Investigación científica servirá de base para un proceso de gestión ambiental en los esteros

El Gobierno provincial a través del Ministerio de Turismo y el Comité Iberá se encuentra trabajando en un proceso de recuperación de nuestra fauna y flora, tras la reciente catástrofe vivida producto de los incendios. Una vasta zona se vio afectada, principalmente del Gran Parque Iberá que, tras las recientes lluvias caídas y producto de su resiliencia, comienza a recobrar su plenitud.

La decisión del Gobernador Gustavo Valdés fue inmediata ante esta situación, ya que se trata de uno de los emblemas del turismo correntino, sector que genera mano de trabajo directa e indirecta a cientos de familias. Se dispuso en consecuencia un fondeo para el Centro Aguará y el Comité Iberá, desde donde la labor es permanente para alcanzar el objetivo establecido bajo la denominación de “Renacer Iberá”.

En ese andar, se van sucediendo diferentes acciones que aportan a la recuperación del ecosistema, entre ellas se destaca una investigación realizada por la doctora en Biología e investigadora del CONICET Cristina Armúa, quien desarrolló un trabajo de investigación de manera coordinada entre la Facultad de Ciencias Exactas y Naturales y Agrimensura de la UNNE y las Universidades de, La Plata y de Buenos Aires. El estudio hace referencia a la presencia de distintos tipos de insectos (heterópteros) en los esteros.

“Se trata de una investigación que se marca como línea de base para lo que es la gestión ambiental, un indicador de la calidad ambiental, lo cual servirá para todo este proceso de Renacer Iberá”, señaló Slobayen y remarcó: además de una línea de base, y por sobre todas las cosas, continuar nutriéndonos de la experiencia científica para seguir enriqueciendo nuestra propuesta de naturaleza en el marco de Renacer Iberá.

En tanto, desde el Comité Iberá consideran a esta acción como una herramienta que servirá de base para un proceso paulatino de recuperación del ecosistema. La presencia de ciertos insectos en la zona de los esteros está marcando una señal de buena calidad ambiental, eso significa que el agua es buena, que las condiciones de desarrollo son óptimas, y que forma parte de una cadena del ecosistema.

Asimismo, se sostiene que, el gran humedal correntino y la potencial recuperación rápida se debe a que es un ecosistema que se viene protegiendo y cuidando hace tiempo, lo cual va a facilitar su etapa de resiliencia.